Ruta por la Historia: Hiroshima 1945

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viernes, 9 de septiembre de 2016

Hiroshima 1945


El 6 de Agosto de 1945, el mundo cambió para siempre, el hombre descubrió, en una de las que seguramente sea de sus peores acciones, hasta donde podía llegar su capacidad de destrucción, ese día un solo artefacto causó la muerte de más de 180.000 personas y dejó atrás casi 40.000 heridos, hablamos de Hiroshima.

Hiroshima
Hongo resultante de la explosión de Little Boy sobre Hiroshima
Para intentar entender la razón por la que el hombre fue capaz de desarrollar un arma tan destructiva tenemos que viajar hasta los años 30 del pasado siglo. La política racial alemana empujaba a miles de ciudadanos europeos de religión judía a abandonar Europa, y entre estos emigrantes se encontraban Leó Szilárd, Edward Teller y Eugene Wigner, científicos nucleares húngaros que pusieron rumbo a los Estados Unidos.

Como eran eminencias en sus campos de estudio fueron recibidos con los brazos abiertos por las más prestigiosas universidades estadounidenses, donde pudieron continuar con sus estudios en el campo nuclear y comprobar que la energía liberada por la fisión nuclear era tan fuerte que podía llegar a ser utilizada con fines militares.

Esta conclusión les llenó de preocupación, Alemania, la Alemania nazi de la que habían huido, lideraba los estudios en el campo de la fisión nuclear, y si llegaban a descubrir el poderío de la fuerza nuclear, el mundo se tendría que rendir ante la esvástica.

Estos científicos intentaron alarmar a las autoridades estadounidenses, pero no les tomaron en consideración, ya que en el fondo eran unos desconocidos para el gran público. Debían conseguir que una autoridad científica conocida por todo el mundo se sumase a su causa. Solamente una persona en esos momentos tenía tal consideración, y además había huido de los nazis al igual que ellos, Albert Einstein.

Albert Einstein
Albert Einstein, el científico más popular del s. XX, Premio Nobel de Física en 1921
Finalmente consiguieron entrevistarse con Albert Einstein, quien comprendió rápidamente la peligrosa situación que se podría dar en cuanto observó la información que estos científicos le mostraron. Einstein rápidamente envió una carta al Presidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, informándole de todo y exhortándole a iniciar un plan nuclear en Estados Unidos.

Carta Einstein
Carta de Einstein al Presidente Franklin D. Roosevelt

Años después tras comprobar lo que había provocado su carta, Einstein afirmó «Debería quemarme los dedos con los que escribí aquella primera carta».

El Presidente de Estados Unidos tomó una serie de medidas encaminadas a potenciar el estudio de la energía nuclear, como la creación del Comité del Uranio en el Laboratorio de Investigación Naval de Washington. No obstante, las medidas tomadas no parecían encaminadas a fines bélicos, pero todo esto cambió el 7 de diciembre de 1941.

Pearl Harbour
Buque West Virginia ardiendo tras el ataque japonés a la Base de Pearl Harbour

Tras el ataque de la Armada Imperial Japonesa a la base naval de los Estados Unidos, los americanos entraban en la Segunda Guerra Mundial, pero no pasó únicamente eso. Desde su despacho de la Casa Blanca el Presidente de Estados Unidos ordenaba dirigir los avances de la fisión nuclear hacia el esfuerzo bélico, nacía el Proyecto Manhattan, nombre en clave de la carrera por construir una bomba atómica antes que los alemanes.

Al frente del equipo científico se situó a Robert Oppenheimer quien tenía a su mando a eminencias como Enrico Fermi, John von Neumann, Niels Böhr o Edward Teller; y el responsable militar de todo el proyecto fue el General de Brigada Leslie R. Groves, a quien el Gobierno ya le había encargado en 1940 la construcción del Pentágono

Proyecto Manhattan
Algunos miembros del grupo de científicos del Proyecto Manhattan

Para coordinar los avances de todos los laboratorios repartidos por Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña, se construyó el Laboratorio Nacional de los Álamos en Nuevo México, y en su interior el Distrito de Ingeniería Manhattan.

Si los Estados Unidos avanzaban en la carrera nuclear, Alemania no se quedaba cruzada de brazos y adoptaba el «programa Uranio» buscando el mismo fin que el Manhattan estadounidense. Los aliados no podían permitir que Alemania fabricase el “arma definitiva”, y para ello no dudaron en secuestrar a los científicos alemanes o desarrollar la llamada Batalla del Agua Pesada, llamada así por la importancia del agua pesada en el proceso de desarrollo nuclear, al contener deuterio, moderador en los reactores nucleares.

Esta batalla, que realmente son un conjunto de acciones, se desarrolló en Noruega entre 1942 y 1944. Pero ¿Por qué en Noruega?.

Los Héroes de Telemark
La película "Los Héroes de Telemark" de 1965 narra parte de la Batalla del Agua Pesada

En el año 1934, Nordsk Hydro había construido en Vemork la única instalación de Europa capaz de producir agua pesada. Años después, esta empresa pasaba a formar parte del conglomerado de empresas de IG Farben, el gigante alemán dedicado a la química y padre del tristemente célebre gas Zyklon-B. Así, Alemania tenía acceso al agua pesada y daba un salto importante frente a Estados Unidos en la carrera nuclear. Para evitarlo, los aliados no dudaron en atacar esta instalación en repetidas ocasiones; la primera, en 1942, fue un rotundo fracaso al estrellarse el avión que transportaba a las tropas inglesas; en febrero de 1943 los británicos tuvieron su revancha, y un comando consiguió dinamitar la instalación y paralizar su producción de agua pesada durante dos meses; a finales de ese mismo año, el ejército estadounidense bombardeó la instalación lo que provocó que los alemanes parasen la producción en Noruega y trasladasen todas sus reservas de agua pesada a Alemania; finalmente, en 1944 un partisano noruego consiguió hundir el trasbordador que trasladaba el agua pesada desde Noruega a Alemania, con esta acción se conseguía acabar con las posibilidades nazis de obtener la bomba atómica.

Mientras, los científicos del Laboratorio Nacional de los Álamos continuaban con sus avances, y el 16 de julio de 1945 culminaba toda esta labor con la preparación de la Prueba Trinity.


El gadget, nombre en clave del dispositivo nuclear de plutonio, se colocó en la parte superior de una torre de acero de 20 metros de altura, y la detonación quedó programada para las 4 de la mañana, pero fue retrasada 1 hora y media por problemas meteorológicos. A las 05:29 horas, se procedió a la detonación del artefacto y una explosión de unos 19 kilotones de TNT iluminó con una luz morada que varió a verde y finalmente a blanca las montañas de alrededor, y una nube en forma de hongo se elevó hasta el cielo alcanzando 12 kilómetros de altura. Cuarenta segundos después de la detonación la onda expansiva alcanzaba a los observadores de la prueba que estaban apostados a 9 kilómetros del centro de la explosión, un aire caliente lo arrastraba todo a su paso. De hecho llegó a notarse a una distancia de 160 kilómetros de distancia, y el ejército para ocultar la noticia afirmó días después que había sido una explosión accidental en un arsenal.

Cuando retornó la normalidad, los científicos se acercaron al lugar y comprobaron que había un cráter de 3 metros de profundidad y 330 metros de ancho, y el sílice del suelo se había derretido dejando un vidrio de color verde claro que fue bautizado como trinitta.

Oppenheimer: 
“La explosión y el resultado me han recordado un línea Bhagavad Gita: Me he convertido en muerte, en destructor de mundos.

Si bien los científicos habían conseguido un éxito, la política de Estados Unidos estaba a punto de sufrir un fuerte revés, el Presidente Delano Roosevelt fallecía de manera inesperada, debido a una hemorragia cerebral masiva, a las 03:35 horas del 13 de abril de 1945. Tal como estipula la Constitución de los Estados Unidos, el Vicepresidente Truman debía jurar el cargo de Presidente y hacerse cargo de la Nación. No obstante, la relación entre Presidente y Vicepresidente había sido prácticamente nula, Truman había sido nombrado tres meses antes, por lo que tuvo que ser informado a gran velocidad de todos los secretos del Estado, incluyendo lo que estaba ocurriendo con el Proyecto Manhattan.


La política llevada a cabo por Truman fue de carácter continuista, pidiendo a todos los miembros del Gabinete anterior que permaneciesen en sus puestos para aprovechar su experiencia; y continuando, de la misma manera que el Presidente Delano Roosevelt, con la lucha en la, ya casi extinta, Segunda Guerra Mundial.

El 8 de mayo de 1945, 25 días después de su nombramiento y coincidiendo con su cumpleaños, se anunciaba la rendición incondicional de Alemania, la Segunda Guerra Mundial había finalizado en su escenario europeo, ahora solamente quedaba por vencer al Imperio japonés. En este ambiente de victoria se produjo el primer gran encuentro del Presidente de Estados Unidos con sus homólogos aliados en la Conferencia de Potsdam entre el 17 de julio y el 2 de agosto de 1945. Frente a él estarían los dos grandes héroes de la Victoria, Stalin y Churchill, aliados pero a la vez enemigos.

Postdam
Conferencia de Postdam. Truman entrelaza las manos de Stalin y Churchill, el Premier sería sustituido por Atlee
No obstante, Churchill había perdido las elecciones ese mismo año e iba a ser sustituido por Clement Attlee, quien seguramente no tendría el carácter de Churchill por lo que Stalin partía con cierta ventaja. Stalin, Truman y Churchill, y posteriormente Attlee, acordaron la administración de Alemania, estableciendo lo planificado en Yalta con la división de Alemania y Austria en cuatro zonas de ocupación, y una división similar de Berlín y Viena.

Igualmente acordaron la llamada “Declaración de Potsdam”, del 26 de julio de 1945 firmada por Truman, Churchill y por Chiang Kai-shek, el Presidente de la República de China. Los soviéticos no participaron en esta declaración ya que la URSS no estaba en conflicto con Japón.

“Si el Imperio del Japón no se rinde, se enfrentará a su pronta y total destrucción” - Extracto de la Declaración de Postdam”


En el extracto de la Declaración podemos leer que se habla de una destrucción total, y si hacemos un simple cuadre de fechas nos daremos cuenta de que el Presidente Truman había sido informado del éxito de la Prueba Trinity, la primera bomba atómica del mundo. De hecho, tan exultante se encontraba el Presidente Truman que afirmó delante de Stalin que estaban a punto de utilizar un nuevo tipo de arma contra los japoneses, Truman pensaba que los soviéticos no sabían nada del tema, pero la red de espías tenía bien informado a Stalin, y además, ellos tenían también muy avanzado su plan nuclear militar.


Y es ahora cuando surge la gran pregunta, ¿Por qué Estados Unidos lanzó la bomba sobre Japón si se sabía que más temprano que tarde se iba a rendir? Pues esta cuestión la podemos responder con tres teorías principales:

      1. Teoría oficial

Estados Unidos tenía previsto realizar un desembarco de miles de soldados en las playas japonesas y una acción de este tipo provocaría una gran cantidad de bajas, que tras casi 6 años de guerra hubiese sido un duro golpe para la moral estadounidense que aun recordaba con dolor la sangría de la Batalla de Okinawa.

Esta teoría se apoya en lo expresado años más tarde por la viuda del Presidente Roosevelt, quien afirmó que "tomó la única decisión que podía", y que el uso de la bomba era necesario "para evitar el tremendo sacrificio de vidas estadounidenses.". En sus memorias, el propio Truman escribió "Sabía lo que estaba haciendo cuando detuve la guerra...no me arrepiento y, bajo las mismas circunstancias, lo volvería a hacer."

     2.Rivalidad Estados Unidos – URSS

Churchill advirtió al Presidente de Estados Unidos de los peligros que podían suponer la URSS y Stalin, pero Truman no hizo caso al Premier británico, y de manera sorprendente Estados Unidos dejaba en manos soviéticas Polonia, Checoslovaquia, Yugoslavia y Hungría, lo que colocaba Stalin y la URSS con una posición predominante en Europa.

Parece ser que Truman comprendió el error que se había cometido y cuando Stalin comunicó que pronto declararía la guerra a Japón para ayudar a sus socios anglo-americanos. El Presidente estadounidense comprendía la jugada de Stalin, el soviético quería extender el comunismo por los territorios del Imperio Japonés, por lo que Japón tenía que ser derrotado cuanto antes y para acelerar esa caída la única solución era la bomba.

      3. Muestra de poder ante los soviéticos y el mundo

Como recordaremos de cuando hicimos la entrada sbore “Los Crímenes de los Buenos”, los estadounidenses y británicos ya habían intentado demostrar su poderío militar a los soviéticos atacando de manera brutal e injustificada la ciudad alemana de Dresde, y ahora tocaba su segunda versión, mucho más corta, una sola bomba, pero eso sí, mucho más poderosa y sanguinaria.

Los que apoyan esta versión afirman que los Estados Unidos sabían que el único ejército que les podía hacer frente en esos momentos en el planeta era el potente Ejército Rojo, y demostrando su gran poderío y avances tecnológicos, militares y científicos en una sola acción acabarían con la moral soviética que quedaría rendida a sus pies, algo que como sabemos no ocurrió, ya que comenzó una carrera nuclear que ha puesto la espada sobre el cuello de la humanidad desde aquel momento con la forma de una devastadora guerra nuclear entre ambos bloques.



Fuese la razón que fuese, el ultimátum fue rechazado por el gobierno nipón presidido por Kantaro Suzuki, por tanto el futuro de Japón estaba sentenciado. Aunque esta negativa nos puede parecer una locura, el Gobierno estadounidense sabía de antemano que Japón no iba a aceptar el ultimátum, ya que 10 días antes ya habían iniciado los trámites para desplazar el artefacto nuclear hasta Japón.

El Uranio-235 y los componentes principales serían transportadas por el crucero pesado Indianápolis mientras que los elementos menos cruciales serían trasladados en aviones hasta su destino final. Este acorazado se encontraba atracado en el puerto de Mare Island en San Francisco y rápidamente fue rodeado por agentes del Proyecto Manhattan, miembros de la policía militar, y unos misteriosos contenedores de plomo fueron colocados en cajas de madera en el hangar del buque, sin que ni siquiera el Contraalmirante McVay fuese informado de que era esa misteriosa y secreta carga que debía transportar.

USS Indianapolis
El crucero pesado Indianápolis, encargado de transportar el uranio y los componentes principales

El Alto Mando Militar citaba al contraalmirante McVay y le daba sus órdenes, debía trasladar la carga a la base aérea norteamericana de Tinian a la máxima velocidad y sin escolta. Además, se le indicó que en caso de hundimiento en aguas seguras, la carga era prioritaria sobre la vida de los marinos, y si el siniestro era en aguas hostiles, la carga debía arrojarse por la borda hacia los abismos.

En un tiempo record el Indianapolis cumplió su misión, la que sería la última ya que poco después resultó hundido, los componentes de la bomba estaban todos juntos en Tinian y serían colocados en un Boeing B29 Superfortress, uno de los aviones más grandes usados durante la Segunda Guerra Mundial, con una longitud de 30,18 metros y una envergadura de 43,06 m; además incluía una serie de avances muy importantes, como una cabina presurizada, un sistema de control de tiro electrónico y torretas de ametralladoras controladas en remoto, y con una velocidad máxima de 575 km/h podía lanzar cerca de 9000 kg de bombas desde una altura de más de 10.200 metros.

B-29 Superfortres
B-29 Superfortress en pleno vuelo

Pero vamos a centrarnos en el que nos ocupa hoy, que salió de la fábrica Glenn L. Martin Company situada en Nebraska con número de modelo B-29-45-MO, y número de serie 44-86292. Desde su desarrollo se tenía clara su finalidad, sería uno de los quince «Silverplate», diseñados para lanzar bombas atómicas con una bodega con puertas de accionamiento neumático, un sistema británico de acoplamiento y lanzamiento de bombas, hélices de paso variable que podían crear una inversión del flujo de aire y por tanto del empuje para potenciar la frenada durante el aterrizaje, motores más avanzados con inyección de combustible y mejor refrigeración. El 18 de mayo recibió el visto bueno por parte de las Fuerzas Aéreas y fue asignado al Escuadrón de Bombardeo 393d, por lo que su primer vuelo lo realizó el 14 de junio de 1945 desde la zona de pruebas del Ejército, situada en Omaha hasta Utah.

Trece días después, voló hasta Guam, en el Pacífico, donde se le practicaron algunas modificaciones en la bodega de bombas, y el 6 de julio voló a la isla de Tinian. Durante el mes de julio realizó ocho vuelos de entrenamiento y participó en dos misiones en las que bombardeó los objetivos industriales de Kobe y Nagoya. El último día del mes de julio realizó un vuelo de ensayo para la misión de bombardeo atómico, aquella para la que había nacido.

El 5 de agosto de 1945 este B29 fue bautizado con el nombre con el que pasó a la posterioridad, Enola Gay. Ese día, Paul Tibbets pintó ese nombre bajo la cabina en homenaje a su madre, que así se llamaba; y ese mismo día por la tarde, él y el resto de la tripulación asistieron a una reunión secreta donde fueron informados del plan de bombardeo fijado para el día siguiente. En esta reunión únicamente se les informó que arrojarían un nuevo tipo de bomba con un explosivo de gran intensidad y el objetivo era Hiroshima, y en caso de no poder realizarse el ataque a esta ciudad, deberían volar hacia Kokura o Nagasaki.

Tripulacion Enola Gay
B-29 Enola Gay y 9 de los miembros de su tripulación

TRIPULACIÓN DEL ENOLA GAY 6 DE AGOSTO DE 1945
  • Coronel Paul Tibbets - Piloto y Comandante. 
  • Capitán Robert Lewis – Copiloto. 
  • Mayor Thomas Ferebee - Encargado de pulsar el botón que lanzaría la bomba. 
  • Capitán Theodore Van Kirk - Encargado de la navegación. 
  • Capitán William «Deak» Parsons - Encargado de armar el detonador de la bomba.
  • Teniente Jacob Beser - Encargado de las contramedidas electrónicas. 
  • Teniente Morris Jeppson - Encargado de activar la electrónica de la bomba.
  • Sargento Joe Stiborik – Radar.
  • Sargento George Caron - artillero de cola.
  • Sargento Wayne Duzenberry - ingeniero de vuelo.
  • Sargento Robert Shumard – ayudante del ingeniero de vuelo.
  • Soldado Richard Nelson - operador de radio

La elección del objetivo no estuvo exenta de discusión, el Alto Mando y el Presidente Truman barajaron una serie de opciones, y el primer nombre que surgió fue Kyoto, pero quedó descartada al ser uno de los principales centros culturales de Asia. Otro nombre fue Niigata, pero quedaba demasiado lejos, con lo cual la lista se redujo a Hiroshima, Kokura y Nagasaki.

Hiroshima era una ciudad de más de medio millón de habitantes, dividida en cinco islas que se unían mediante puentes. En el centro ciudad se erigía el Castillo de la Carpa construido en la Edad Media y a su alrededor se levantaban los edificios más importantes como el Ayuntamiento, el Cuartel General del Ejército Regional, la Sede de la Kempei Tai (o Policía Secreta). Al este quedaban la Estación y el Monte Futaba. Al sur, pegados a la bahía se localizaban el Aeropuerto y las Industrias Mitsubishi sobre un dique artificial.

Minutos después de la 1 y 10 de la mañana del 6 de agosto de 1945, los tripulantes del “Enola Gay” y de los otros dos B-29 que les acompañarían, el “Great Artiste” y el “Número 91”, encargados de fotografiar el lanzamiento fueron trasladados a sus aeronaves. Minutos después, tres B-29 encargados de la meteorología despegaban de la base de Tinian, el “Jabit III” voló hacia Kokura; el “Full House” a Nagasaki; y el “Straigh Flush” se dirigió a Hiroshima, y cuando estos se encontraban ya en el aire, despegó un cuarto B29, el Top Secret” que debía esperar al “Enola Gay” sobre la Isla de Iwo Jima por si surgía algún problema.

En tierra se realizaban las últimas comprobaciones en la solitaria bomba colocada en la bodega del Enola Gay, una bomba que fue bautizada con el nombre “Little Boy”.

Little Boy
Little Boy, la primera bomba nuclear. 


Pocos minutos antes de las 2 y media de la mañana se ponían en marcha los cuatro gigantes motores del Enola Gay, y a las 3 menos cuarto comenzó a rodar sobre la pista de Tinian y tras algunos pequeños problemas en la operación de despegue, el aparato levantó el morro y se perdió en la oscuridad de la noche. En el interior de la nave, tras llegar a la cota de vuelo necesaria, se procedió a la activación de las cargas de la bomba y a las 3:20 de la mañana se informó de que Little Boy estaba preparado.

El vuelo se desarrollaba con total tranquilidad, y cuando Kyushu apareció ante ellos y el Sol empezaba a asomar por el horizonte, Tibbets ascendió hasta los 9.000 metros de altura con el fin de evitar los cazas enemigos.

A las 7:09 horas el B-29 “Straight Flush” de reconocimiento aéreo sobrevoló Hiroshima y las alarmas aéreas empezaron a sonar. Los ciudadanos de Hiroshima corrieron hacia los refugios, pero se alegraron cuando comprobaron que el “Straight Flush” simplemente siguió volando sobre la ciudad. Lógicamente, ellos no sabían que desde este avión se estaba informando al “Enola Gay” de que las condiciones meteorológicas eran las idóneas para lanzar su carga mortal. 

A las 7:31 horas, la alarma dejó de sonar en Hiroshima y la gente empezó a salir de los refugios y continuaron con su vida normal, por lo que el transporte público se abarrotó de gente que se dirigía al trabajo y las aceras se llenaron de niños que iban hacia la escuela. Justo a las 8:11 horas, tres B-29 aparecieron frente a la ciudad, eran el “Great Artiste”; el “Número 91” y en medio de ellos, el “Enola Gay”. No obstante, las alarmas no sonaron esta vez, ya que los vigilantes aéreos pensaron que tal como había pasado minutos antes con el “Straight Flush” era un simple reconocimiento aéreo.

...Y comenzaba el horror

A bordo del Enola Gay, el Coronel Tibbets dio la orden de ponerse las gafas protectoras contra los rayos ultravioletas, y a las 8 y cuarto se abrieron las puertas de la bodega y cayeron unos pequeños aparatos que resultaron ser calibradores de la onda expansiva. Llegaba el momento de la verdad y el encargado de pulsar el botón que lanzaba la bomba era el Mayor Thomas Ferebee, quien en esos momentos tenía su cabeza apoyada en el caucho protector de una mirilla intentando calibrar el lanzamiento, que fijó sobre el Puente Aioi. A las 8 horas, 15 minutos y 17 segundos Little Boy se desenganchaba del Enola Gay y comenzaba su caída hacia Hiroshima.

A 1.500 metros del suelo el interruptor barométrico de “Little Boy” se disparó, la presión del aire accionó el detonador contra las cargas de TNT, al mismo tiempo la cápsula de uranio 235 golpeó a un barril de explosivo que se fusionó con esta. La fuerza del impacto hizo que el primer átomo de uranio fuera bombardeado, después el segundo y el tercero, provocando así una reacción en cadena. Finalmente, a las 8:16 horas estalló a 250 metros del suelo.

Segundos después, sobre el cielo de Hiroshima apareció una diminuta luz roja y violácea que en milésimas de segundos se convirtió en una cegadora luz de colores que dejó sin vista a cientos de personas. Acto seguido se produjo una colosal detonación equivalente a 12.500 toneladas de TNT que provocó una esfera de fuego azul de 100 metros de diámetro con una temperatura cercana a los 300.000 grados. Esta bola de fuego duró poco más de un segundo, pero volatilizó a todo ser en un kilómetro cuadrado. Tras la bola de fuego una onda expansiva de 800 kilómetros por hora se produjo en el interior de la ciudad y alcanzó hasta 5 kilómetros derruyendo todos los edificios a su paso.

Después de que la onda expansiva arrasara la ciudad empezaron a caer gotas negras, del tamaño de canicas, con un grado alto de radiactividad resultantes de la evaporación de la bola de fuego. No había parado de caer las gotas negras radioactivas, cuando un fuerte viento de más de 1.500 kilómetros por hora, generado por la presión, arrancó árboles de raíz, provocó inmensas olas en los ríos que ahogaron a personas y levantaron los barcos por los aires que aterrizaron en calles de la ciudad. Una columna de polvo y humo de color rojo anaranjado empezó a ascender sobre Hiroshima. Se trataba de una nube radioactiva que hizo la forma de un perfecto hongo hasta alcanzar los 6′ 5 kilómetros de altura.

Dios mío, ¿qué hemos hecho?” – Una frase que pasó a la posterioridad pero que realmente nunca se dijo.

Según aparece registrado en el diario de vuelo, las palabras que dijo Robert Lewis, el copiloto, fueron “El hongo alcanza una milla de altura y su base es un caldero burbujeante, un hervidero de llamas. La ciudad debe de estar debajo de eso. Dios mío, ¿qué hemos hecho?”. Pero gracias a Paul Tibbets, sabemos que Lewis no dijo exactamente esa frase, por su boca salió una frase que, al no ser políticamente correcta se cambió. ¿Qué dijo realmente? “Guau, menudo pepinazo”.



Un día después de la bomba de Hiroshima, la Unión Soviética declaró la guerra a Japón y atacó Manchuria. El 9 de Agosto otra bomba atómica cayó en Nagasaki matando a otras 70.000 personas. El 14 de agosto, el Emperador se dirigía por radio a sus súbditos, siendo la primera vez que oían su voz, en el mensaje comunicaba que Japón se rendía de manera incondicional, y oficialmente, el 2 de Septiembre de 1945 acababa la Segunda Guerra Mundial.

Rendición japonesa
Rendición japonesa al bordo del acorazado Misouri
Reflexiones de los protagonistas

La guerra había terminado, pero los protagonistas de esta acción seguían con vida y eran recibidos en su país como auténticos héroes, pero ¿alguna vez se arrepintieron de esta acción?

Tibbets, nunca mostró remordimientos en público. Unas de sus frases más recordadas son: “Nunca perdí una noche de sueño por Hiroshima”; y “Las órdenes no se discuten, se cumplen. Yo acepté la misión de Hiroshima porque mis superiores me lo ordenaron. Pero debo agregar que no fue algo que hice en contra de mis convicciones. Estuve, estoy y estaré siempre de acuerdo en que en aquel contexto histórico fue una decisión acertada, sí, íbamos a matar a mucha gente, pero íbamos a salvar un montón de vidas. No tendríamos que invadir”.

Robert Lewis nunca participó en las conmemoraciones que cada año se hacían en Hiroshima como sí hicieron algunos de los once tripulantes restantes. Incluso, años después del lanzamiento, afirmó en una entrevista: “Fue sólo parte del trabajo, ayudé a hacer del mundo un lugar más seguro. Nadie se ha atrevido a lanzar una bomba atómica desde entonces. Así es como me gustaría ser recordado: el hombre que ayudó a todo eso”.

Theodore J. ‘Dutch’ Van Kirk, afirmó que “Estoy seguro de que se salvaron muchas más vidas de las que se perdieron”, añadiendo que se sentía “orgulloso de haber estado en el Enola Gay”. Algo similar dijeron Ferebee y Beser, indicando que “Había una invasión de Japón planeada para noviembre de 1945. Tres millones de hombres iban a ser lanzados sobre Japón. Tres millones de japoneses estaban atrincherándose para defender su hogar, y había un millón de potenciales de víctimas”.

La actitud de estos hombres choca con la de Claude Eatherly que estaba a los mandos del Straight Flush, el B-29 “meteorológico” que sobrevoló minutos antes que el Enola Gay la ciudad de Hiroshima. Eatherly no vio la detonación, pero eso no fue suficiente para evitar una vida de culpa y tormento, permaneció en las Fuerzas Aéreas hasta 1947 y desde entonces pasó el resto de su vida entrando y saliendo de prisiones y clínicas psiquiátricas.

"He estado en hospitales y he pasado alguna que otra temporada en la cárcel. Tengo la impresión de que en la cárcel me he sentido siempre más feliz: el castigo me permitía expiar mi culpa" - Claude Eatherly


Se negó a participar en los actos de homenaje que la sociedad norteamericana les preparó durante años y enviaba insistentemente cartas a familias japonesas exponiendo su arrepentimiento y adjuntando el ‘dinero de sangre’ de su paga.

Claude Eatherly
Claude Eatherly



Hemos hablado de los miembros de la tripulación y de otros protagonistas, pero ¿qué pasó con el Enola Gay?

También participó en el bombardeo de Nagasaki, pilotado esta vez por George Marquardt y con la misión de informar del clima sobre la ciudad de Kokura, que era el objetivo a atacar. Desde el Enola Gay se informó de buen tiempo, pero cuando el bombardero Bockscar llegó, la ciudad estaba oscurecida por el humo procedente del bombardeo de la cercana ciudad de Yawata, arrasada el día anterior. Después de sobrevolar en tres ocasiones la ciudad, Bockscar puso rumbo al objetivo secundario, Nagasaki.

Nagasaki
Explosión en Nagasaki
Con el fin de la guerra el Enola Gay volvió a Estados Unidos, y a pesar de ser elegido para diferentes maniobras nucleares, nunca era finalmente escogido, ya que se pretendía preservar el aparato y evitar que se dañase. El 30 de agosto de 1946 la titularidad del bombardero se transfirió al Instituto Smithsonian, custodio de los grandes tesoros de la nación estadounidense, y fue dado de baja en el registro de la fuerza aérea. Desde ese año hasta 1961 el Enola Gay permaneció en diferentes bases debido a que el Instituto Smithsonian no disponía de lugar para guardarlo, por lo que su custodia quedó en manos de la Fuerza Aérea, quienes de manera inconsciente lo dejaron al aire libre, donde fue víctima de los ataques de cazadores de tesoros.

Enola Gay
Ejemplo de algunos daños en el Enola Gay

La situación del avión comenzaba a ser preocupante, por lo que Paul Garber, director del Museo Nacional del Aire del Instituto Smithsonian, ordenó que fuese desmantelado y trasladado al almacén que el Instituto tenía en Maryland, donde permaneció hasta los años 80, cuando los veteranos de guerra solicitaron su restauración. Esta petición se hizo efectiva con el nombramiento de Walter Boyne, veterano de la Segunda Guerra Mundial, como Director del Museo Nacional del Aire y el Espacio. La primera de sus decisiones fue la restauración del Enola Gay que comenzó el 5 de diciembre de 1984 en las Instalaciones de Almacenamiento, Preservación y Restauración de Silver Hill, Maryland. 

En el año 1995 el Enola Gay, o parte de él, fue el centro de una fuerte polémica. Ese año, y con el objetivo de conmemorar el 50 aniversario del bombardeo de Hiroshima, el Instituto Smithsonian hizo una exposición llamada “La encrucijada: El final de la segunda guerra mundial, la bomba atómica y la guerra fría” donde la pieza principal era parte del fuselaje restaurado del Enola Gay.

Voces militares se levantaron contra la exposición, ya que únicamente se centraba en recordar las muertes causadas por la bomba atómica en lugar de en la motivación que había detrás de su uso y el papel decisivo que tuvo en poner fin a la guerra. Por otro lado estaban los que no querían que se rindiera ningún tipo de homenaje al avión, como cuando tres personas fueron arrestadas por arrojar cenizas y sangre sobre el bombardero.

Tal fue la intensidad de la controversia que Martin Harwit, Director del Museo Nacional del Aire y el Espacio, presentó su dimisión, y el fuselaje regresó al almacén para proseguir con su restauración. En el año 2003, se finalizaba su reconstrucción y en Enola Gay se trasladó para su exposición permanente en Centro Steven F. Udvar-Hazy en Virginia.

Enola Gay
Enola Gay en la actualidad

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